Es la hora dorada. El sol se esconde y lo que queda de él tiñe de rojo la vegetación. El cielo indeciso se pinta de plomo. Pronto vendrá la noche. Todas las señales indican que el ritual comenzará enseguida.

Una docena de personas se sientan en círculo y tomadas de la mano miran al centro, aún vacío. Los minutos pasan llevándose la iluminación de color, dejando sólo a la luna actuando de farol nocturno, pero nada nuevo sucede aún.

De repente, el hombre de túnica oscura se acerca, se ubica en el centro, y sin mirar a nadie, con la cabeza apuntando al cielo, comienza a bailar. Se desplaza de un rincón a otro del círculo de personas inclinando su cuerpo hacia un lado y otro, girando y gimiendo palabras extrañas.

Como si no lo vieran hace el gesto acordado, y se acciona el equipo oculto en la vegetación. En segundos, el lugar se llena de humo frío, y sus movimientos se hacen más místicos aún. Él sigue bailando, cada vez con movimientos más exagerados. Elige a la primer persona y la ayuda a ponerse de pié. Danza a su alrededor y emite los monosílabos necesarios. Nadie sabe cómo, pero al momento en que cada persona se levanta se encienden múltiples haces de luz que surgen desde la tierra.

El estruendo del trueno y la ráfaga de luz dejan inmóvil al orador que cae de rodillas, en el mismo momento en que se parten las ramas de los árboles circundantes, y rompe en llanto.

La parte que sigue ya la conozco: la excusa de que alguien tiene un conflicto con la naturaleza y será necesaria una nueva sesión de “Conexión Terrenal” para encontrar armonía, pero cada uno en un grupo distinto.

Estas notas de audio me serán muy útiles para aprender el oficio. Mi padre ya está viejo y pronto deberé reemplazarlo para continuar sin interrupción, el negocio familiar que comenzó mi bisabuelo; la venta indiscriminada de ilusiones efímeras, que como velas iluminan la esperanza de armonía hasta que el viento apaga la llama de falsa conexión, entibiando la cara de personas crédulas, que escuchan lo que quieren oír, y sienten lo que buscan sentir.

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