Blancanieves VS Blancanieves

El oscuro silencio del palacio se terminó con la metálica rotura del último espejo.

Habían pasado muchos años desde que el príncipe se marchó. Cada espejo seguía siempre allí, mostrando la dura realidad.

El último espejo mostró a Blancanieves en triangulares porciones de aguda y cortante tristeza. La imagen solo duró un segundo porque mientras los fragmentos de vidrio con vida caían, Blancanieves huía. En el piso, los espejos aún recordaban las arrugas, el pelo de cenizas y el gesto desesperanzado.

Blancanieves corrió dejando el palacio, ya sin espejos, y no tuvo mas que detenerse frente al lago. Allí comprendió que era inútil. Que su reflejo siempre estaría con ella. Y que en ese reflejo vivía su madrastra. Y dijo:

-Mi pelo es tan largo como la soledad. Mis labios tan mordidos que arrojan sangre. Mi piel tan sinuosa como los caminos. ¿Bastará con pedir un deseo –como hizo mi madre- aún sabiendo que el príncipe está lejos de casa? ¿Qué será de la vida de los siete enanitos?

Blancanieves decidió ver su reflejo en el lago por última vez, pero desde abajo.

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