El reflejo

Los espejos solo existen en estos reductos. Aquí cumplo mi condena. Como otros que no se adaptaron a la evangelización. Estoy rodeado de espejos, de mis reflejos. Condenado a vivir con dioses creados a mi imagen y semejanza, que me castigan permanentemente siendo mi única compañía. Están siempre ahí, siguiéndome, mirándome, burlándose de mi, exagerando mis muecas, escondiendo mis sonrisas.

Seguiré aquí, en estos laberintos, hasta que uno de mis reflejos acierte en matarme. Y allí yaceré, inerte, rodeado de asesinos suicidas, apuntando con el dedo al único culpable posible.

Entradas más recientes Entradas antiguas Inicio