Un día en este universo

Seguramente era en este universo
un día como todos.
Aunque si fuera otro espacio
me sentiría igual de diminuto
Mis pies pisaban fuerte las baldosas
de la vereda de una calle cualquiera.
Cualquiera hubiera pensado que caminaba sin sentido
(y hubiera tenido razón).
Razones no me faltaban.
Faltaba el ruido de otros pasos.
Muchos pasos se oían en la ciudad.
Ciudad llena de gente.
Gente llena de ganas de decir nada.
Nada importante en el paisaje.
Paisaje espejo de mi rutinario ser.
Ser los pasos que completan tu ruido.
Ruido a mezcla de recuerdos.
Recuerdos vacíos de cuerpo, de voces.
Voces alrededor; murmullos lejanos.
Lejanos sentimientos, en otro mundo.
Mundo distante, distante del mío.
Mi mundo interior, el mundo externo
¿Fundir dos mundos? ¿un mundo nuevo?
Volver a empezar... quizá sea necesario.
Necesario en un día como todos,
seguramente en este universo.

Volver a querer a alguien.
Sentir el ruido de cuatro firmes pasos
sobre una vereda de una calle cualquiera
hacia un destino incierto pero compartido.
Mezclar voces en murmullos.
Transformar murmullos en telón de fondo.
Fondo de un paisaje en constante creación.

Un día como todos,
seguramente en este universo,
cuatro ojos miran el espacio
que a nuestro lado parece muy diminuto
Como cada vez que empezamos de nuevo.

La historia diferente

Aquí es, ya empezamos, estamos llegando a vos, vos estás del otro lado, a la expectativa, sin saber lo que pasa, sin saber bien lo que escuchas, sin darte cuenta de que juntos acabamos de encontrar la punta del ovillo; un ovillo de multicolores hilos que iremos desenrollando y enredando programa a programa.

Caminaremos sobre el hilo de tu historia, nuestra historia; La Historia Diferente. La historia de un ovillo de grueso hilo blanco, casi invisible, compuesto por fibras tales como palabras, mensajes, voces, músicas, melodías y sentimientos, un ovillo que va girando desde mi garganta, a través del aire, atravesando la ciudad, llegando a tus oídos a través de tu receptor, viajando por la sangre, haciendo trabajar tu cerebro, enredándose con tus sueños, tapándote la vista con sucesivas vueltas alrededor de tu cabeza. Ya no ves, ya no sabes que está pasando, ya no sentís. Y yo te pregunto ¿estas despierta?. Y vuelvo a preguntarte, ahora más seguro de tu respuesta: ¿Estas soñando? [1]

Si, estas soñando, lo veo, pero es en vano, no durará mucho tiempo, tarde o temprano despertarás y tendrás que soportar nuevamente esta vida. Si embargo sé que te levantarás satisfecha, sabiendo que escapaste de la realidad tan solo unas horas a través del sueño.

Conseguiste lo que buscabas, lograste suplantar la realidad con el sueño pero...

¿Puede la lógica suplantar al sueño? ¿Puede el sueño escapar definitivamente a su ámbito e incorporarse a la realidad cotidiana? El sueño. El sueño es la mejor fantasía de la realidad que no poseemos. Aquello que tanto deseamos, que tanto queremos hacer y que nunca podemos lograr. Es llevar a la práctica lo que en la acción (vida real) no es imposible realizar; ya sea por falta de valor o por represiones externas o internas, sea moral, sentimental, social, religiosa, o como se llame.

Y uno despierta muy transpirado, un sudor frío recorre el cuerpo; uno corrió mucho para escapar de esa persona y justo cuando lo logra, justo cuando el sueño llega a su punto extremo la realidad destruye todos nuestros deseos y nos abre los ojos a la verdadera vida, de la que no pudimos zafar eternamente sino por un lapso de tiempo determinado y, encima, interrumpe el sueño en su momento culminante. Si, aquel que tanto deseabas, justo allí me abrió los ojos. Y ahora solo veo la realidad agobiante, el accionar rutinario que nos avisa que nada ha cambiado; que todo sigue igual.

Y ahora nuevamente un día pasará. Y mi único refugio es saber que dentro de algunas horas volveré a disfrutar de mis dulces sueños.[2]


[1] ¿Are you dreaming?, Twenty for seven

[2] Sweet dreams, Eurithmics

Entradas más recientes Entradas antiguas Inicio