La paloma de la paz peregrinó;
no es ésta su ciudad ni su primavera.
Escapóse la paz al seis de agosto;
la metálica paloma defecó.
El hongo ya nació y la muerte provocó.
Dejó dolor a sangrientos hermanos
y hoy ya no me siguen los zombies quemados.
Sus pardos ojos y el futuro robado
se encuentran en la esquina del holocausto.
La metálica paloma bombardeó
y una ciudad se murió.
Etiquetas: Poesía
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