La prisión

Me siento en prisión,
me siento en tu prisión.

La prisión de tus manos
acariciando mis manos.

La prisión de tus ojos
que no quieren mirar mis ojos.

La prisión de tus labios
que temen besar mis labios.

Me siento en prisión
y no aguanto más,
si seguimos así
me voy a fugar.

Y me voy a ir lejos, lejos...
a un paraíso que haremos natural.

Y con esa libertad
nuestros ojos se mirarán,
nuestros labios se besarán
y nuestros nervios se desvanecerán.

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